jueves, 8 de noviembre de 2007

La tele en que Vivimos


Es cierto: la gente no quiere más cultura. No la procesa. No le interesa, no tiene tiempo. Que la gente lo exija en encuestas y debates es una expresión del cinismo de nuestro pueblo. Lo que quizá sí desea son productos más complejos, desarrollados, donde se note más trabajo.

“Pobre gente”. Es lo único que puedo pensar enfermo. Hago zapping y todos los canales chilensis emiten porquería.
Maldita gripe que me tiene relleno de jarabes, sicotrópicos y limonada caliente. Lo único que quiero es salir de acá a carretear…
Menos mal que tengo Pc y Gameboy, lo que ya me hace parte de un grupo más selecto. Ejem.
Es que si viviera sólo con TV abierta me pego un tiro: todos los días, todas las horas, una tele barata que genera lucas y se maneja con una lógica sectaria.
¿Quién se queda con todos los recursos? Grandes escenarios, ideas, franquicias para que aparezca el hijo de Jorge Hevia y la hermana de Cecilia Bolocco como los estándares de la simpatía.
Eso es lo más importante de nuestra tele. Y harta mina rica. Y harto Youtube mal ocupado con chascarros, o sea, miles de secuencias de gente lesionada. Y harto pelotudo con rasta que no sabe hablar. Así, en primer plano, diciendo una frase cortita pa’ que no se le traben las neuronas. Y vamos con el móvil con la viejita llorando. Y, y… ¿a quién más que al tipo que inventó todo esto le importa? A nadie, de verdad. Pero como no hay opción, vamos a comerciales y ya volvemos, que a la vuelta tenemos que seguir hablando de la misma idiotez que estamos discutiendo en nuestro inquisidor panel desde hace una semana.
Es cierto: la gente no quiere más cultura. No la procesa. No le interesa, no tiene tiempo. Que la gente lo exija en encuestas y debates es una expresión del cinismo de nuestro pueblo. Lo que quizá sí desea son productos más complejos, desarrollados, donde se note más trabajo, donde se destierre el ochentismo y esas preguntas históricamente huevonas cómo “¿quién es más infiel, el hombre o la mujer?”. Puras pelotudeces. No es muy difícil darse cuenta que “Lost” la llevó el año pasado porque no era lo de siempre. Era más intrincado, permitía imaginar más. Multiproductos que den para extensiones. “Spinoffs”, les llaman los gringos. Pero acá lo que le falta a los canales no es plata, sino paciencia. Por eso estamos llenos de programas malos, efectistas, baratos en concepto y precio, que la gente deja de fondo para no sentirse tan sola, porque en realidad son imposibles de ver. Si no me cree revise en Internet el estudio del Consejo Nacional de Televisión (www.cntv.cl) sobre la percepción de la calidad de los contenidos exhibidos: el 58,8% no está satisfecho con lo que pasan.
Y la mala calidad no es privilegio sólo de los shows para la señora Juanita, esos donde hablan día y noche de con quién se acostó el Mago Jiménez, el Mago Valdivia, Harry Potter o quien sea. También la televisión juvenil, que en realidad nunca ha sido para jóvenes y sólo se limita a usarlos. Y ahí, si me permiten, sí que puedo levantar la voz. ¡Basta de ocupar sus cuerpos, sus mentes y su inexperiencia con tal de ganar lucas! No hay nada más indignante que esos espacios donde un jurado usa la ambición de la gente para reírse de ella. No hay nada peor que los talk shows donde los sientan para hacerlos llorar, para que sufran como los adultos. Eso es egoísta, indignante. Ese invento de Álex Hernández, el director de “Mekano”, ahora repartido en todos los canales, es grotesco y perverso. Dejen de jugar con niños, por Dios. Dedíquense a hacer buena tele, donde muestren a los jóvenes haciendo algo que no sea lamentarse. O que propongan cosas. Eso estaría bueno. Que alguien pusiera una puta idea sobre la mesa, de una vez por todas paren la wea!

eh dicho

xD

jueves, 18 de octubre de 2007

La ley de la selva



La dupla son las estrellas maléficas de un programa plagado con toda clase de rutinas que, me imagino, son para que la gente sienta simpatía por éstos, pero que más bien parecen escenas de películas porno zoofílicas.


No tengo ningún problema en comer animales, alimentar mi cuerpo con otros cuerpos y llenar de entrañas mis entrañas. Encuentro que los fervientes seguidores del vegetarianismo se pierden lo mejor de la vida evitando comer cualquier cosa que corra.
Soy un incondicional a los programas de animales puedo pegarme durante horas en el cable viendo copular unas moscas africanas, anidar a un pájaro silvestre del norte de la India o carcajearme con los videos locos de perros saltando como monos, gatos apagando tortas de cumpleaños o conejos bailando al ritmo de una música. Una idiotez de aquellas. Pero bueno, soy un idiota. El viernes pasado, haciendo zapping, me topé con “La ley de la selva” en el Mega, un programa de animales, conducido por Iván Arenas, el ex Profesor Rossa, ahora convertido en un viejo verde, y Lindorfo, un veterinario que no tiene ninguna compasión por los vertebrados.
La dupla son las estrellas maléficas de un programa plagado con toda clase de rutinas que, me imagino, son para que la gente sienta simpatía por éstos, pero que más bien parecen escenas de películas porno zoofílicas. Un grupo de modelos siliconadas, entre ellas Carla Ochoa, se tendían sobre un taburete, les vendaban los ojos, se subían la polera, dejando su perfecto y bronceado abdomen al aire; Lindorfo ponía sobre éste algún animalejo, que ellas debían adivinar . Entre gritos, una de estas modelos no pudo identificar, por más que lo intentó, un pato que le caminaba sobre sus implantes. Esto entre las mojigangas de Lindorfo, que gritaba enardecido ¡quién fuera pato…!
Por supuesto, todos en el set reían excitados con esta escena porno animal. Sólo faltaba que el pato picoteara los pezones de la chica y teníamos el cuadro completo. Luego, a Carla Ochoa le tocó su turno. Le pusieron unos sapos sobre el estómago y, entre los gritos y algazaras de los animadores, los sapos se metían en la entrepierna de la morena, que estaba descompuesta. A otra le pusieron un lagarto. La pobre estaba impávida mientras el reptil se deslizaba por su dotado cuerpo y, por supuesto, se acercaba cauteloso buscando refugio entre sus prominentes bustos. Así, el programa continuó con otras pruebas donde los animales sólo servían como una excusa para mostrar culos, tetas y cuanto chiste sirviera para animar la galería. Internet ofrece gratuitamente las más bestiales fotos y videos de sexo con animales, ancianas haciéndolo con sus perros de compañía, mujeres montándoselo con sus caballos, burros, serpientes y animales de todo tipo. Particularmente me provocan un asco atroz, pero cada cual puede hacer, si quiere, con su culo un florero. Sin embargo, lo que más me sorprendió de “La ley de la selva” es que por primera vez en la vida vi un programa de televisión animado y conducido por dos bestias (con el perdón de los animales): Arenas y Lindorfo.

martes, 16 de octubre de 2007

Hay que ser sincero cierto?


Confirmado: Joaquín Lavín es el primer político pokemón de la historia. Para quienes todavía no entiendan el concepto, se llama pokemón al teenager que se viste como "hardcore" un estilo de punk rock pero escucha reggaeton. O, como Joaco, juega de aliancista pero se declara bacheletista. ¿Se entiende?


Si el eterno candidato a Presidente tuviese 15 años, más bien se parecería a Fogil, de "Supercool". El tontito de los lentes de la película que vale la pena de este fin de semana largo, una comedia en el clásico plan de "pendejos que quieren tener sexo", pero con sabor a 2007. Es decir, chistes con MySpace, videos absurdos, penes dibujados, autoridades inmaduras, alcohol y una lección acerca del valor en ese tiempo de mierda que es la adolescencia. Ese período en que el exceso de tiempo libre te hace ocupar tu vida con lociones contra las espinillas, dietas que matan saludos a Ana y Mia , videojuegos que se acaban no como ahora, que uno se pega con el multiplayer y chicas lindas, de esas que se sacan fotos sonrientes y viven un verano sin fin, por que siempre brillan.


Casi todas las mujeres de menos de 22 años quieren ser de ésas. La tele les puso el foco desde el video de "Wena N". A todo esto, en el Parque Gorostiaga, donde se ejecutó la ya mítica felación, el banco tiene escrito "Aquí estuvo N." ¡Atención, Consejo de Monumentos Nacionales, tenemos nuestra primera prócer de la era fotolog!


No podía ser de otra forma: fotolog es como el alma nacional. Nuestro Chile es uno: con su belleza photoshopeada, con enormes centros comerciales que venden ropa cara made in Sumatra y pagan miserias a sus empleados. Con esas iglesias grandes donde van a rezar los mismos machos que los jueves llenan los prósperos puticlubs. Con los diarios preocupados de las Tonkas, las Raqueles y las Cecilias. Mujeres ideales, como la Mariana Fresita (www.fotolog.com/mariana_fresita). Chile irreal y depresivo, como Radiohead y el hit de su disco distribuido por red.


Ahora, el musculoso Hotu-Iti y Cata Palacios la cuica de los senos grandes en Mekano van a tener un programa. Ojalá hayan aprendido a hablar de corrido. Eso sí, el show, Yingo, tiene nombre de condón chino.


Los papis están sumamente preocupados por la sobreerotización de sus peques y su violencia, pero ni siquiera aprenden a usar el control parental de sus computadores y televisores. Acusan a Internet de corromper a sus pequeños y, desde la Codepa (Corporación de Padres y Apoderados de Colegios Particulares) y la Fide (Federación de Instituciones de Educación Particular) llaman a reglamentar las parodias de los alumnos. ¿Dónde queda el derecho de cada uno para hacer lo que quiera, y ser lo que se desee, fuera de su colegio? Éste es un antecedente del futuro debate sobre la neutralidad en la red y la necesidad del poder de controlar los accesos y el ancho de banda. Los más viejos quieren meterse en los contenidos, pero mientras tanto se hacen los huevones con lo que en realidad es responsabilidad suya: si tu hijo es un animal y le pega a otro, el video en la red sólo lo delata, pero no es el problema. Si tu hija es una calentona y no sabe cuidarse, el problema no es Internet, sino el que la educó. Es hora de ponerse las pilas, enseñarle a cada uno a controlar su vida y admitir que es una era donde todos pueden verte. Parece que tanta niñera eléctrica tiene sus consecuencias. Falta comunicación. Más Messenger, menos fotolog.


Los debidos creditos a Nico por las ideas


La sinceridad de la idiotez